Artistas en lucha: Artivismo regional

Mara Diaz
9 min readNov 29, 2021

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El arte y la resistencia encuentran en la calle un lugar muy importante para plasmar sus mensajes. Las paredes, las esquinas y plazas, entre otros espacios urbanos, se llenan de colores, tonos y sonidos que van construyendo una reflexión que interrumpe las cotidianeidades de quienes los transitan. ¿De qué manera luchan les artistas en la Patagonia? ¿Cómo confluyen las narrativas artísticas en el espacio público?

Mural realizado por @lucas_murales en la Escuela primaria 323, Fiske Menuco. En el marco del 1er Encuentro Pluricultural de Muralismo y Arte Público, 2021.

Era el 5 de mayo del 2012 cuando frente a la comisaría octava en Choele Choel, el artista Chelo Candia junto a familiares y amigues de Daniel Solano realizaron un mural pidiendo justicia por su asesinato. El trabajador golondrina fue desaparecido y luego asesinado por la policía la madrugada del 5 de diciembre del 2011.

“Pinté el mural frente a los policías que asesinaron a Daniel, mirándome en la vereda de enfrente. Estábamos con sus amigos y familiares, y vecinos de Choele Choel. El mural es todo el proceso que llevó al asesinato y la cara de Daniel, grande de dos metros y medio, mirando a la entrada de la comisaría”, comentó el muralista e historietista de Fiske Menuco.

El mural por Daniel Solano fue restaurado el 14 de noviembre del 2014. Sobre esta actividad, Chelo Candia remarcó: “Restaurar un mural, es restaurar la memoria. El hecho de la restauración me parece una acción más combativa que el hecho de haber realizado el mural. Uno lo hace y se va, luego la obra se va deshaciendo con la acción del tiempo, se descascara y pierde su fuerza. Entonces, restaurarlo es como volver a gritar. Es gritar más fuerte que en el momento que lo hiciste. Cuando vos restaurás un mural o cuando te convocan a restaurarlo significa que hay una necesidad de que ese mural siga gritando con el pasar de los años.”

Foto de la restauración del mural de Daniel Solano. Tomada del instagram de Chelo Candia.

Quizás en algún momento viste el mural de Daniel Solano o tal vez te encontraste en la ciudad de Fiske Menuco con alguna de las tantas pegatineadas de la colectiva Que Arda! bajo la consigna “¿Dónde está Tehuel?”. O paseando por el río presenciaste alguna obra de teatro callejero o performance contra la megaminería. A lo mejor en General Fernández Oro reconociste la cara de Otoño Uriarte en alguna pintura o en Cipolletti escuchaste a les pibes tirarse un free en alguna plaza con pañuelos blancos pintados en el cemento.

Foto del instagram AsambleaxElAguaylaTierraFiske tomada por @surfeer_rosa –Jornada artística en defensa del agua y la tierra 26/09/2021

Les artistas callejeres han sabido durante años resistir, denunciar y mostrar otra realidad posible. Estas obras transeúntes, colectivas, populares y muchas veces anónimas se nos presentan mientras vamos simplemente viviendo nuestro día a día fuera de nuestros hogares. Son pinturas sin cuadros, orquestas de esquinas y presentaciones sin telones, no hay restricciones para verlas, escucharlas o sentirlas.

El retorno de les artistas callejeres luego de la dictadura militar implicó una vinculación directa y explícita con la lucha en defensa de los derechos. Llevaban acabo en los barrios, una búsqueda comprometida de cualquier residuo de lo que había quedado de la dictadura para borrarlo a través del arte. Movimientos artísticos de distintas disciplinas se desplegaron en todo el territorio argentino reapropiándose y resignificando el espacio público con sus acciones.

Maite Aranzabal, dramaturga, directora de teatro, actriz, murguera e integrante de la Asamblea por el agua de Fiske Menuco, lleva años involucrada con el arte activista en la región. Recuerda y menciona que: “A partir de los 80’ con la vuelta a la democracia, se re animó todo lo que era el teatro callejero, la murga, el clown, todo el sentido del teatro comunitario. Eran preexistentes pero la dictadura los canceló. Entonces, a partir de 1983, se volvió a tomar la calle desde estos lenguajes. Acá en Fiske llegamos a tener encuentros de 14 murgas sólo de la ciudad que incluían representaciones, mensajes concretos, canciones escritas a propósitos y escenas. Se trabajó mucho con los barrios.”

Los inicios de la murga en Fiske Menuco tienen lugar en el año 1992 con un taller que realizó Maite Aranzabal junto al percusionista Enrique “Menduco” Araujo, según una nota realizada por el Diario Río Negro en 2017. Luego en 1999, la agrupación de Murgueros Unidos de Sur (M.U.S) comenzó a realizar el Encuentro Regional de Murgas llegando a tener convocatorias de hasta 30 murgas de distintas localidades.

Micaela Ponce, estudiante de Comunicación Social e integrante de la murga La Barriada Sin Fin, menciona: “En una canción de crítica tratamos de criticar alguna problemática social que estamos atravesando. Hablan sobre el gatillo fácil, de la problemática de las mujeres con el Ni una Menos, contra el fracking, en contra de los cierres de espacios culturales, la última trata sobre la invisibilización de la cultura mapuche.”

La Barriada Sin Fin se reconoce como independiente y autogestiva. Fue creada el 10 de octubre de 2008 y actualmente cuenta con aproximadamente 25 integrantes actives. Según Micaela, uno de sus principales principios de la murga es cuidar siempre su independencia por lo que no negocian con ningún partido político ni sector.

Foto del instagram de La Barriada Sin Fin, realizada por Mandale Media.

El carnaval y el teatro callejero en occidente se encontraron en las fiestas populares, en la corporalidad colectiva y plural de la calle. En el Valle podemos encontrar como registro antecesor del teatro militante a la obra “Cuadro proletariado” presentada un 29 de noviembre de 1921 en Allen y organizada por el Centro Obrero de Allen. En medio de la obra se desarrolló un tiroteo, suceso que llevó a muchos años después a promulgar ese día como el Día Provincial del Teatro en Río Negro.

Ricardo di Giovanni, reconocido teatrista de la región y director del club de arte El Biombio, en una entrevista que le realizó la compañía teatral independiente Acequia para su podcast Teatristas patagónicos, comentó sobre el arte y la lucha: “Por acción u omisión toda obra de arte tiene una postura, una posición política declarada. Yo militaba en un movimiento cultural independiente en la dictadura, era nuestra arma de trabajo. En la provincia muchos de los espectáculos que permanente vemos, tienen esa postura. Muchas veces está en la temática que trabajan, muchas veces esa rebeldía está en la puesta en escena.”

Sobre el teatro rionegrino, Ricardo destacó: “Más allá de lo que cuente la obra, hay sentimientos en juego y eso es revolucionario, poner de manifiesto los sentimientos, marca una tendencia. El teatro rionegrino tiene eso como identidad, no es simplemente hacer teatro por hacer teatro sino que cada obra tiene un porqué, no importa si es para chicos, seguramente ahí hay un mensaje de cuál es la alternativa posible a una forma distinta de llevar adelante la vida.”

Por otro lado, desde lo musical, podemos encontrar a la banda Kaltran Lef y los seguidores del Choique. Su música está dedicada en su mayoría a la lucha del pueblo mapuche. El grupo conformado por cuatro integrantes, se presentó en el festival en defensa del agua, realizado el 6 de noviembre de este año en el anfiteatro ubicado en las calles Gelonch y San Juan, en Fiske Menuco.

Maximiliano Flores, oriundo de la línea sur en Sierra Colorada y cantante de la banda, comentó que: “Nosotros vemos a la música como medio de comunicación, como una forma más de poder difundir ciertas cosas que entran por la música, la poesía o lo que sea. El objetivo de la banda es apoyar las luchas”.

Así mismo, en referencia a la lucha por el agua y la tierra, el artista agregó: “Las causas ambientales nos chocan directamente al pueblo mapuche porque somos parte de eso, sin ambiente, sin territorio, sin buen aire o agua, no es posible llevar acabo nuestra cosmovisión como mapuches. Y esto es grave porque nos despoja como viene siendo hace mucho tiempo, nos deja en los barrios más marginados y no es casualidad.”

Festival en defensa del agua y la tierra, realizado por jóvenes del Frente de Izquierda y Artistas independientes.

En el mismo encuentro se presentaron varies raperes de la zona como Kisci y su jam, Poblete, Nazassc, Nadhi y José. Estxs artistas suelen presentarse en plazas de barrios para realizar batallas de Freestyle. Su lucha por encontrar espacios aptos para desarrollar su arte es constante. Mientras, la cultura del rap va logrando situarse colectivamente en la escena de una manera muy rápida y potente.

Durante la cuarentena, muches de les jóvenes artistas perdieron sus espacios, se les ha perseguido y hasta multado como es el caso de un joven rapero de Fiske Menuco al que multaron con $27.500 por participar de un encuentro artístico en marzo del 2021.

Anteriormente, específicamente el 18 de marzo del 2020, integrantes de la comunidad de artistas callejeres del Valle se reunieron en la Asamblea de Artistas en Emergencia Neuquén. Y manifestaron por medio de una carta abierta la urgente necesidad de retomar sus trabajos en la calle. Bajo las consignas “Emergencia cultural”, “El arte no es delito”, “El arte es trabajo” y “El arte es un derecho” les artistas retomaron las calles en diversas protestas.

Foto tomada del Facebook de la Asamblea de Artistas en Emergencia

En el arte visual patagónico tenemos a QUE ARDA! Un colectivo de Artistas mujeres que realizan desde distintas localidades intervenciones urbanas y feministas con diferentes temáticas y estéticas. Este grupo está conformado por las artistas Silvia Melin, Silvia Antonio, Lujana Zarate, Karina Romero, Anahí Tiscornia, Florentina Pérez Martín y Carla Leonardi.

Anahí, ilustradora y grabadora, reflexiona sobre el espacio público y nos comenta: “La calle como espacio público nos ha sido históricamente negado a todes les colectives oprimidos por el sistema patriarcal en el que vivimos por ende la elección de la calle para compartir nuestras obras tiene que ver no sólo con visibilizar nuestro trabajo sino también con visibilizarnos a nosotras como artistas mujeres y además disputar ese territorio que nos es negado. Habitarlo de una forma que nosotras hallamos elegido.”

Foto tomada del instagram de Que Arda! pegatinas

Así mismo, agregó: “Para nosotras el espacio público es un espacio político e ideológico. Tenemos que aparecer, hacernos parte, poner en ejecución la forma de habitarlo y de transitarlo para que se deconstruyan las formas establecidas y se construyan formas amorosas que nos permitan vivir y convivir en la diferencia sin que eso necesariamente ponga la vida en peligro.”

¿Qué se espera del futuro artístico en la Patagonia?

Emilio Daniel Ziaurriz Culla es estudiante del profesorado y la licenciatura de la carrera de Arte Dramático en el IUPA. Actualmente está terminando la carrera, integra la compañía teatral, autogestiva e independiente “Acequia” en Fiske Menuco y ya tiene una larga trayectoria sobre los escenarios.

Para él en la Patagonia hay una identidad natural de combate dado que considera que en la región es conflictivo realizar arte simplemente desde el capricho. Las condiciones en las que se producen las obras, no suelen ser las mejores al no poder acceder a espacios y herramientas por parte del Estado. “Para hacer arte tenés que ser muy autogestivo, moverte, combatir. Tu arte es combativo por el simple hecho de sobrevivir, de efectuarse porque el sistema crea agentes patológicos para que tu arte no se desarrolle bien.”

Foto tomada del instagram de Acequia — Presentación de la obra Juan No Moto y los 138 discos que nadie te va a recomendar

En relación al futuro, Emilio comentó: “Pensar a futuro es muy complejo ya que atravesamos una pandemia que nos marcó una clara realidad, pensar y planificar sin contar con las catástrofes naturales es muy difícil. Sin embargo, hay una gran alerta juvenil en que las cosas se tienen que hacer en forma autogestiva. Si no te movés en comunidad, en colectivo, si no formás lazos fuertes, se cae la torre de lleno. Hay muy lindas posibilidades en el Valle, por ejemplo, lo veo en la comunidad del trap que está creciendo un montón y está marcando la identidad de esta generación.”

La calle, el espacio público se convierte en un lienzo para les artistas callejeres que van construyendo y compartiendo sus obras que no son ajenas a las luchas sociales que transita el territorio patagónico. Desde sus pinceladas, graffiteadas, canciones, actuaciones y bailes, entre otras narrativas artísticas, van cuestionando y denunciando un sistema lleno de fisuras.

El artivismo como herramienta socialmente comprometida y aplicada al espacio urbano, promueve la reflexión crítica del público transeúnte que se detiene por un segundo a ver o escuchar los mensajes que les artistas les dejaron. Así mismo, les artistas como actores y actrices politicxs van demostrando que la calle es un soporte fundamental para la visibilización de una identidad popular con formas propias de memoria y expresión.

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Mara Diaz
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Written by Mara Diaz

Estudiante de Comunicación Social, UNComa

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